En el PP ya hay
quien ve en Isabel Carrasco a otro Ángel Blanco. Y eso que la última vez que
quisieron aprovecharse de la violencia les salió el tiro por la culata: el 11M.
Claro que, por aquel entonces, la ciudadanía se dio cuenta del embuste antes de
tiempo.
Ya volvemos a la
carga. Algunos miembros del PP ya intentan sacar rédito electoral del asesinato
de Isabel Carrasco.
Señores del PP, una cosa es que todos deploremos la violencia, en especial cuando llega a los límites de segar vidas humanas, y otra bien diferente es que sirva de justificación para sus cruzadas particulares.
Vemos como un miembro del PP intenta culpar a la revista satírica "El Jueves" del crimen. Hablan de inducción a la violencia por poner el microscopio sobre la hoy víctima, criticando, de forma humorística, el sarcasmo que ella usó contra la ciudadanía.
Pienso, personalmente, que si tenemos que hablar de crispación e inducción a la violencia, la actitud de este miembro del PP hoy (y otros que sigan su camino) y la de la finada, son mucho más culpables de calentar los ánimos hasta niveles fuera de control.
No obstante, y para que no quede lugar a dudas, condeno el uso de la violencia tanto en este como en otros casos que los del PP no quieren hacer eco porque ni les conviene ni les da la gana.
Miedo me da... porque dice un refrán que quien siembra vientos recoge tempestades... y, más que vientos, hemos plantado en nuestros gobiernos y parlamentos, a auténticos pedos.
Esperemos que la ciudadanía tenga más consciencia e integridad que nuestros políticos y deje de votar a los de siempre, porque no me gustaría ver que esto fuese cada vez a más.
Señores del PP, una cosa es que todos deploremos la violencia, en especial cuando llega a los límites de segar vidas humanas, y otra bien diferente es que sirva de justificación para sus cruzadas particulares.
Vemos como un miembro del PP intenta culpar a la revista satírica "El Jueves" del crimen. Hablan de inducción a la violencia por poner el microscopio sobre la hoy víctima, criticando, de forma humorística, el sarcasmo que ella usó contra la ciudadanía.
Pienso, personalmente, que si tenemos que hablar de crispación e inducción a la violencia, la actitud de este miembro del PP hoy (y otros que sigan su camino) y la de la finada, son mucho más culpables de calentar los ánimos hasta niveles fuera de control.
No obstante, y para que no quede lugar a dudas, condeno el uso de la violencia tanto en este como en otros casos que los del PP no quieren hacer eco porque ni les conviene ni les da la gana.
Miedo me da... porque dice un refrán que quien siembra vientos recoge tempestades... y, más que vientos, hemos plantado en nuestros gobiernos y parlamentos, a auténticos pedos.
Esperemos que la ciudadanía tenga más consciencia e integridad que nuestros políticos y deje de votar a los de siempre, porque no me gustaría ver que esto fuese cada vez a más.
El muerto al hoyo y el vivo al bollo, así reza un dicho muy español. Y, por lo visto, a españoles, a los del PP, no debe ganarles nadie. lastima que se perdieran en esa España del topicazo, charanga, pandereta y toros a granel. Donde no hay más lengua española que el castellano, más religión que la de Torquemada, ni más derecho que el e pernada... siempre que sean ellos quienes lo ejerzan.
ResponderEliminarPues bien, por muy importante y controvertida que fuera Doña Isabel, hoy en el entorno pepero a tomado el camino de sacarle tajada al asunto... y Medios (de Comunicación) no les faltan.
Poco importa que en realidad todo haya sido un simple ajuste de cuentas dentro del propio partido; ellos no duda en achacarlo al estado de crispación general... olvidando, claro, muy oportunamente, que los únicos que pueden crispar, por ser los que gobiernan, son ellos mismos: el Partido Popular.
Son gente mala, en su día se aprovecharon de un pobre joven que estaba con ellos sin conocer su lado más oscuro. No es que hicieran mucho para salvarle mientras estuvo en manos de ETA, pero pueden estar seguros que su cadáver salió en procesión muchas veces, aún años después, para ambientar los mitines en muchas elecciones. Por eso algunos pensaron que podía ser el momento de subir a los altares a la santa Isabel y culpara a los judas de la izquierda.
Lástima, no coló. Con lo bien que le hubiera venido a Cañete.