A comienzos de los años 90 o finales de los 80, en un conocido programa de Sánchez Dragó, el dramaturgo Fernando Arrabal, en un marcado estado de aparente embriaguez, dijo: "el "milenarismo" existe.
Con casi una década por delante y un estado de tranquilidad frente al cambio de milenio muy grande, destacaba más el estado alterado de quien decía la frase, que la frase en sí.
Y es cierto que nadie podía creerse esas corrientes pesimistas, llenas de malos augurios que tradicionalmente se relacionan con los cambios de siglo y aumentan en fechas más redondas, como por ejemplo el cambio de milenio.
Esa oleada de pesimismo se vivió ya en la edad media, en las proximidades del año mil, y algunos historiadores le dieron en llamar "milenarismo" Hoy sabemos que ese milenarismo no acabó con el advenimiento del año mil, sino que prosiguió con la reinterpretación de los hechos del momento, y en especial con las guerras o las epidemias. la situación alimentó aún más esto porque en Europa convivían dos calendarios que marcaban el año 1000 con varios años de diferencia (calendarios gregoriano y juliano).
En 1990 parecía que las histerias colectivas por el cambio de milenio estaban totalmente superadas, pero Fernando Arrabal, en un instante de lucidez, trato de explicar que el milenarismo no podía restringirse al año 2000.
Pocos años después llego la crisis de 1993 y se empezó a hablar del efecto 2000 en los ordenadores. Al final la sorpresa la dieron algunos equipos antiguos con Unix, que fallaron el 9/9/1999, pero nada de vital importancia. la trascendencia fue un enorme gasto en actualizaciones y que impidió la correcta inversión en una Internet IPv6, para substituir la IPv4 y que estamos empezando a sufrir ahora.
Pero cuando los mismo que se rieron del "milenarismo" ya respiraban tranquilos, llegó el 11S, en 2001 ¿Atentado o complot? Los sucesos se dispararon: Afganistán, Irak... y con esas escuchas se introducían en el sistema económico mundial, auténticos cartuchos de dinamita y cuñas, que pretendían destrozarlos con fines poco claros... y así en 2007 estallaba una gran crisis casi comparable a la que siguió al Crack del 29, pero cuyas consecuencias para las clases media y bajas (la única parte de la sociedad que debería importar, porque es su esencia) han sido miles de veces peor.
En todo este estado de depresión, la mayoría de credos, religiones, fanatismos, sectas y catastrofistas, sacan a pasear sus profecías y teorías del fin del Mundo, empezando por la Profecía Maya de 2012 y las habituales de Nostradamus o San Anselmo, siguiendo por las más absurdas como la de Fátima, y dando cabida a otras desconocidas y hasta inventadas. Justo aquel milenarismo del que allá por 1990, e iluminado, posiblemente por el alcohol, nos advertía Fernando Arrabal.
Con casi una década por delante y un estado de tranquilidad frente al cambio de milenio muy grande, destacaba más el estado alterado de quien decía la frase, que la frase en sí.
Y es cierto que nadie podía creerse esas corrientes pesimistas, llenas de malos augurios que tradicionalmente se relacionan con los cambios de siglo y aumentan en fechas más redondas, como por ejemplo el cambio de milenio.
Esa oleada de pesimismo se vivió ya en la edad media, en las proximidades del año mil, y algunos historiadores le dieron en llamar "milenarismo" Hoy sabemos que ese milenarismo no acabó con el advenimiento del año mil, sino que prosiguió con la reinterpretación de los hechos del momento, y en especial con las guerras o las epidemias. la situación alimentó aún más esto porque en Europa convivían dos calendarios que marcaban el año 1000 con varios años de diferencia (calendarios gregoriano y juliano).
En 1990 parecía que las histerias colectivas por el cambio de milenio estaban totalmente superadas, pero Fernando Arrabal, en un instante de lucidez, trato de explicar que el milenarismo no podía restringirse al año 2000.
Pocos años después llego la crisis de 1993 y se empezó a hablar del efecto 2000 en los ordenadores. Al final la sorpresa la dieron algunos equipos antiguos con Unix, que fallaron el 9/9/1999, pero nada de vital importancia. la trascendencia fue un enorme gasto en actualizaciones y que impidió la correcta inversión en una Internet IPv6, para substituir la IPv4 y que estamos empezando a sufrir ahora.
Pero cuando los mismo que se rieron del "milenarismo" ya respiraban tranquilos, llegó el 11S, en 2001 ¿Atentado o complot? Los sucesos se dispararon: Afganistán, Irak... y con esas escuchas se introducían en el sistema económico mundial, auténticos cartuchos de dinamita y cuñas, que pretendían destrozarlos con fines poco claros... y así en 2007 estallaba una gran crisis casi comparable a la que siguió al Crack del 29, pero cuyas consecuencias para las clases media y bajas (la única parte de la sociedad que debería importar, porque es su esencia) han sido miles de veces peor.
En todo este estado de depresión, la mayoría de credos, religiones, fanatismos, sectas y catastrofistas, sacan a pasear sus profecías y teorías del fin del Mundo, empezando por la Profecía Maya de 2012 y las habituales de Nostradamus o San Anselmo, siguiendo por las más absurdas como la de Fátima, y dando cabida a otras desconocidas y hasta inventadas. Justo aquel milenarismo del que allá por 1990, e iluminado, posiblemente por el alcohol, nos advertía Fernando Arrabal.
Sí, señores, el milenarismo existe, y solo hay que abrir You Tube y poner en su buscador, "fin del Mundo", "profecía" o cualquier otra cosa similar, para comprobar que eso es así.
Así que, no lo duden señores, posiblemente no tenga nada que ver con lo dicho por Fernando Arrabal, pero está claro que, el milenarismo existe.