sábado, 26 de abril de 2014

La Revolución de los Claveles frente al UMD en España



Imagen tomada de www.floresporimpulso.com


Ayer se cumplieron 40 años desde la famosa Revolución de los Claveles que liberó a Portugal de su dictadura, pero esta fue posible porque el propio ejercicito luso se puso del lado del pueblo. Algo que en España sería impensable. De hecho, cuando hablamos de “La Casta”, los grados altos del ejército español están dominados por este tipo de individuos incapaces de ver más allá de ellos mismos.
Pero no siempre fue así. De hecho, en los últimos años del franquismo, aparecieron una serie de militares, en su mayoría jóvenes, que ya pensaban en un país mejor y verdaderamente democrático. Se hicieron llamar Unión de Militares para la Democracia (UMD). Ellos intentaron extender sus ideales democráticos a través del ejército, pero “La Casta” era fuerte y no deseaba ser… importunada.
Durante años, cada vez que se localizaba a uno de estos militares de la UMD era expulsado y, a poder ser, degradándolo antes y sin honores.
Dicen que hubo alguna de estas expulsiones, todavía en 1978. De hecho no hacía falta ser de la UMD para sufrir las iras de “La Casta”, si eras sospechoso de simpatizar con algunas de ellas, ya era suficiente para que, como mínimo, el grueso del ejército le girara la cara, aunque fuera un general… como bien pudo comprobar Gutiérrez  Mellado, que sin pertenecer al UMD, se había atrevido a hablar bien de algunos de sus valores e intentó frenar aquella sangría de buenos militares.
Después de más de 35 años de supuesta democracia, sigue sin reconocerse la labor de la UMD y sin restituirse a los miembros de aquel cuerpo de demócratas que lo perdió, casi todo, por un verdadero servicio a España y a su pueblo.

Así, que, cuando leo que los portugueses, a pesar de estar pasándolo tan mal, siguen valorando a su ejército como la mejor institución de su país, siento una enorme envidia hacia ellos. Sobre todo porque veo que tantas misiones humanitarias en el extranjero no han servido para cambiar unos ideales medievales, elitistas y absurdos, que hablan de la unidad de España como algo sagrado mientras el pueblo les importa una puta mierda. Un ejército que sigue manteniendo una legión que promueve los valores más viles a sus individuos y les permite fotografiarse con una bandera franquista sin licenciarlos con deshonor por deshonrar al pueblo español y al espíritu democrático que juraron defender.

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