Imagen tomada de la vanguardia.com
Esta semana
he escuchado uno de esos mitos peligrosos que hacen temblar. Sin embargo… todo
cuadra.
Al parecer,
en las filas del PP de Madrid, existe la profunda creencia de que Catalunya
esconde un fondo económico secreto para consumar un proceso de independencia.
Esta extraña
idea poco fundamentada, nació en los primeros años del gobierno de Aznar. Pudo
ser entonces cuando algunos genios del PP se plantearon echar el guante a ese
fondo como lo han ido haciendo con otros, como las empresas estatales, el fondo
de pensiones, etcétera. Y es que en el PP, más que salvapatrias, lo que hay es
una organización decidida a saquear España amparada en un patriotismo de vaudeville.
Si de verdad
esa banda de piratas gubernamentales cree en la existencia de ese fondo, para
hacerse con él también ha hecho sus planes. Los ataques a la cultura, la
economía y las personas, de Catalunya, no serían, pues, parte de su
retrogradismo fascista, si no parte de un plan para justificar una supresión de
la autonomía de Catalunya, vía artículo 155, con el único fin de encontrar la
pista y echar el guante a esos supuestos fondos reservados. Porque es obvio que
por métodos democráticos, hace muchos años que partió el tren que les podría
permitir llegar a la Generalitat.
Ahora bien…
imaginen que el PP aplica el artículo 155 y se da cuenta que no existe ese
tesoro mítico o, lo que sería peor, no consigue echarle el guante. Una vez
aplique el 155, sin duda suprimiría los 38 millones de euros que Catalunya “derrocha”
en su cultura, pero tendría la obligación de cubrir los servicios que, mal que
bien, el actual gobierno consigue cubrir. La pérdida de ingresos que
conllevaría la toma de control de Madrid sobre Catalunya, imposibilitaría
salvar el gobierno en tierras catalanas, sin aumentar notablemente las
inversiones de Madrid en Catalunya y, por tanto, se verían a reducir muy
notablemente el flujo de dinero hacia otras comunidades. Así la supresión de la
autonomía podría ser aguantada un año, pero difícilmente dos, pero tras un
tercero, Catalunya se habría convertido en una carga tan brutal para España y
para un PP en caída sin retorno, que la independencia ya no se vería tan mal…
Claro que, entonces, una Catalunya que tendría derecho a solicitar la
solidaridad que ella siempre dio, podría decidir no independizarse todavía.
En pocas
palabras. La aplicación del artículo 155 obligaría al Gobierno español a asumir
la realidad de Catalunya, forzándola a invertir más dinero en esa región, por
tres vías: la reducción de recursos en Catalunya, la obligación de asumir
recursos a los que la actual Generalitat llega casi milagrosamente y el aumento
de la seguridad para poder mantener el control del país. Entre tanto, la poca
popularidad que aún tienen los que apoyan a los partidos nacionales, la
perderían al hundir la cultura catalana para recuperar 38 misérrimos millones
de euros. El agujero en las arcas del estado, al final de este proceso sí sería
totalmente inasumible.
Por otro
lado, la aplicación del artículo 155, junto a la intervención de fuerzas
policiales (esperemos que no sean tan burros de mover también las militares). Llevaría
a la UE a aplicar si artículo 7 (y no sería la primera vez), privando
temporalmente a España de su derecho a voto y, si la intervención en Catalunya
se alargaría, incluso perdería su derecho a representación, con todas las
consecuencias económicas que eso supone. Finalmente, España podría perder todas
las inyecciones económicas que Europa introduce en España y que, aunque
nosotros, pobres mortales, no las veamos, suponen hasta un 15% del presupuesto
nacional.
Sinceramente,
el PP cree en el fondo secreto de Catalunya, y yo creo que es un cebo tendido
para que el PP se atreva al más todavía y deje a España en una situación en que
tenga que decidir entre la Independencia de Catalunya o el final de su propio
camino.