Imagen
del obispo de Ovieu, mientras se pega un lingotazo de sidra, extraída del blog cristiano blogs.21rs.es
Yo también leí la
noticia sobre el obispo de Oviedo que había dicho que todos los
independentistas se tendrían que confesar. Después, en TV3, la Empar Moliner
nos invitó a hacerlo y ya no lo dudé más.
-Padre, me confieso
de ser indepes.
-Ave María purísima…
¿De qué dices que te confiesas?
-De ser
independentista, Padre.
-¿Eso es un pecado?
-El obispo de
Oviedo no lo deja claro, pero afirma que es materia de confesión.
-Bueno, si él lo
dice… ¿Así que te arrepientes de tu independentismo?
-¿Yo?... Para nada,
Padre.
-Pero la confesión
es para aquellos que se arrepienten. Como buen creyente deberías saberlo.
-Bueno… es que…
verá… yo tampoco soy creyente.
-¿Entonces qué
puñetas haces aquí?
-Confesarme, Padre.
-¿Pero por qué?
-Porque el obispo
de Oviedo así lo ha dicho.
En ese momento el
cura salió del confesionario gritando airadamente y santiguándose cada vez que
decía un taco, aunque sin parar de decirlos. Algunas palabras, de tan arañadas y
recortadas por la ira que salían, ni se le entendían, pero más o menos se pudo
entender algo así:
-Al obispo de
Oviedo le pueden dar mucho por culo. Aquí uno se viene a confesar de verdad o no
viene, y es solo para creyentes. Y tú, morito impío, te vas a la mierda y no
vuelvas sin acoger a Cristo en tu corazón.
-Vale, Padre, ¿pero
me puedo dar por confesado?
-¡Te puedes dar por
jodido! ¡La madre…!
Ya no escuché más
porque tuve que salir de allí a toda prisa mientras el mossen me lanzaba todo
lo que encontraba a mano entre berrido y berrido.
Así que aquí me
tienen, convertido en un independentista inconfeso que espera al 9N para dar
salida a sus más bajas pasiones: votar lo más democráticamente posible.